Idioma

Principales monumentos

Teatro Romano

Construcción promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa. Según fecha inscrita en el propio teatro su construcción se produjo en los años 15 a 16 a.C.

El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante, a finales del siglo I o principios del siglo II, posiblemente en época del emperador Trajano, cuando se levantó la actual fachada o frente de escena, y otra en época de Constantino entre los años 330 y 340, introduciéndose nuevos elementos arquitectónicos-decorativos y construyéndose una calzada que rodea el monumento. Tras el abandono propiciado por el cristianismo a causa de la inmoralidad del teatro, éste se abandona y cubre de tierra, quedando solamente visible la zona superior del graderío (summa cavea). La imaginación popular la denominó “Las Siete Sillas“, donde según la tradición se sentaron en ella diversos reyes moros para dedicir los destinos de la ciudad.

El teatro ubicado en el Conjunto Arqueológico de Mérida que es uno de los principales y más extensos conjuntos arqueológicos de España. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la UNESCO. El teatro se localizaba dentro de la ciudad romana en una situación períferica de la misma, junto a la muralla; apoyándose parte del graderío en el Cerro de San Albín.

Además de ser el monumento más visitado de la ciudad, desde 1933 alberga el desarrollo del Festival de Teatro Clásico de Mérida con lo cual recupera su función original y trasciende el mero ornamento.

Anfiteatro Romano

Fue inaugurado en 8 adC. Este edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras.

Es un edificio formado por una arena central de forma elíptica rodeada de un graderío capaz para 15.000 espectadores divididos, al igual que en el teatro en tres zonas. De estas tres zonas solo se conserva en la actualidad la inferior ya que las dos superiores fueron utilizadas, tras su caída en desuso, como cantera para las construcciones adyacentes.

Circo Romano

Con sus más de 400 m de longitud y 100 m de anchura era el mayor de los edificios de espectáculos de la ciudad y, junto con el anfiteatro, era el que gozaba de los favores de un público más dado a emociones fuertes que a cultas obras teatrales. Debido a sus grandes dimensiones se encontraba fuera del recinto amurallado, al lado de las calzada que unía Emérita con Corduba (Córdoba) y Tolletum (Toledo). En la actualidad existe un centro de interpretación junto al monumento y éste es totalmente visitable.

Tenía un aforo de unos 30.000 espectadores distribuidos en un graderío con la ya clásica división en cáveas marcada por las diferentes procedencias sociales de sus ocupantes.

La fecha de su construcción data de principios del siglo I. Posiblemente durante la época de Tiberio. El recinto posee una arena central donde se efectuaban las competiciones. En medio de ésta se encuentra una valla central llamada spina de una longitud de 223 m y una anchura de 8,5 m y decorada con monolitos y otros motivos.

Uno de los espectáculos favoritos eran las carreras de bigas (dos caballos) y cuádrigas (cuatro caballos). Los conductores de los carros llamados aurigas eran personajes muy populares siendo muchos de ellos inmortalizados en pinturas y mosaicos.

Actualmente el Circo romano de Mérida posee un Centro de Interpretación, que permite un mejor entendimiento de la estructura del monumento antes de entrar en él.

Puente Romano sobre el Guadiana

Se puede considerar, de algún modo, como el origen de la ciudad y, en todo caso, el que marca su trazado siendo prolongación de una de las arterias principales de la colonia, el Decumanus Maximus.

La situación del puente está cuidadosamente seleccionada en un vado del río Guadiana que ofrece como punto de apoyo una isla central que lo divide en dos cauces. La estructura original no ofrecía la continuidad de la actual, ya que estaba compuesto por dos tramos de arcos que se unían en la isla, donde había un gran tajamar. Éste fue sustituido por varios arcos en el siglo XVII, después de que una riada fechada en 1603 derribara parte de la estructura. En época romana se amplió en longitud varias veces, añadiéndose por lo menos cinco tramos de arcos consecutivamente para que el camino no se cortara en las periódicas crecidas del Guadiana. Eso ha hecho que esta obra llegue a los 792 m de largo, uno de los mayores que se conservan de ese momento.

Acueducto de Los Milagros

Formaba parte de la conducción que traía el agua a Mérida desde el embalse de Proserpina situado a 5 km de la ciudad. Data de inicios del I dC.

La arquería se encuentra actualmente bastante bien conservada, sobre todo el tramo que salva el valle del río Albarregas.

Se le conoce con este nombre, debido a que parece un milagro que aún siga en pie.

Alcazaba Árabe

Junto al puente romano del río Guadiana. Construida por Abderraman II en el año 835 d.C. como bastión para controlar la ciudad, que desde el año 805 se había rebelado continuamente contra el dominio emiral. Primera alcazaba árabe de la península ibérica.

Templo de Diana

Edificio perteneciente al foro municipal de la ciudad. Es uno de los pocos de carácter religioso que se conserva en un estado satisfactorio. A pesar de su nombre, erróneamente asignado en su descubrimiento, el edificio estaba dedicado el culto imperial. Su construcción data del finales del siglo I aC. o principios del I d.C, en la época augustea.

De planta rectangular, y rodeado de columnas, tiene el frente orientado al foro. Este frontal estaba formado por un conjunto de seis columnas rematadas en un frontispicio. A la conservación actual del edificio contribuyó el haber estado incorporado al Palacio del conde de los Corbos, de estilo renacentista y cuyos restos pueden apreciarse aún en la sala interior del templo. En su construcción se empleó principalmente materiales graníticos.

Arco de Trajano

Arco de entrada, posiblemente, al foro provincial. Estaba situado en el Cardo Maximus, una de las vías principales de la ciudad y comunicaba éste foro con el municipal. En su época estaba recubierto por mármol.

Construido en granito, y forrado en mármol en su origen, mide 13,97 m de alto, 5,70 m de ancho y 8,67 m correspondientes a la luz del arco. Se cree que tiene un carácter triunfal, aunque también pudo servir como antesala del Foro Provincial. Inmerso en la maraña constructiva moderna y enmascarado por las casas vecinas, este arco se yergue majestuoso y admirado por viajeros e historiadores de todos los tiempos. Su denominación es arbitraria, dado que la inscripción conmemorativa se perdió siglos atrás.

Casa del Mitreo

Hallada fortuitamente a comienzos de la década de 1960, se encuentra situada en la falda meridional del cerro de San Albín. Su proximidad al área donde se supone la ubicación del Mitreo emeritense motivó su actual denominación. Toda la mansión estaba construida en mampostería con refuerzo de sillares en las esquinas. De la casa destacan los peristilos con jardín interior y en una habitación del sector occidental el célebre Mosaico Cosmogónico, representación alegórica de los elementos de la naturaleza (ríos, vientos, etc) presidida por la figura de Aion. El recinto ha sido techado y acondicionado para su visita recientemente.

Basílica de Santa Eulalia
Hornito

La Basílica martirial de Santa Eulalia se podría considerar el núcleo original del nacimiento del cristianismo, propiamente dicho, en Extremadura. Durante los albores de la Edad Media, fue la meta de peregrinación de toda la Península y de gran parte de Europa.

Construida extramuros de la ciudad antigua, es una bella construcción levantada originalmente en el siglo IV, sobre el túmulo funerario de Santa Eulalia y en las inmediaciones del lugar donde, según la tradición, fue inmolada la niña mártir. Templo famoso en la Cristiandad, por el martirio de Eulalia, fue enseguida enriquecido por los obispos y arzobispos de Mérida, pero en el que se dejaron sentir los embates consiguientes a la invasión árabe. De aquellos ricos mármoles y pavimentos de mosaicos, de los dorados artesonados que alababa el poeta Aurelio Prudencio no queda nada.

El templo actual se levantó en el siglo XIII, sobre la misma planta de la basílica original y reaprovechando algunos materiales, tras la reconquista de Mérida por Alfonso IX.

La Basílica, a parte de su significado religioso, merece ser visitada y contemplada con detenimiento. Es la única construcción plenamente medieval que se encuentra en la capital extremeña. Destacan las capillas laterales al altar mayor y la puerta derecha de la fachada, de estilo románico, poco frecuente en Extremadura y en el que ya empiezan a notarse influencias del gótico. En el interior destaca el artesonado que cubre sus bóvedas y los capiteles y columnas, algunos de los cuales proceden del templo visigodo.

En el atrio de la Basílica se conserva el famoso “hornito”, una capilla construida en el siglo XVII, en honor de la mártir Santa Eulalia, con los restos de lo que fuera un templo romano dedicado al dios Marte y que se ha convertido en auténtico centro de veneración popular cristiana.