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Mérida, capital y núcleo institucional de Extremadura, una ciudad de referencia. Además de ser referencia institucional es referencia turística de Extremadura en todo el mundo debido a su importante conjunto arqueológico y monumental, por el que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1993.

Cuenta con un gran número de monumentos y estructuras de gran importancia que mantienen viva la historia acontecida en la ciudad muchos siglos atrás. No obstante, esa historia viva contrasta con la actualidad y modernidad de los nuevos tiempos, plasmada en los edificios de nueva construcción, modernos y funcionales, que han convertido a la ciudad en todo un referente de ciudad congresual y de servicios.

Historia

La ciudad fue fundada en el 25 adC con el nombre de Emerita Augusta por Octavio Augusto, para los soldados eméritos licenciados del ejército romano, de dos legiones veteranas de las Guerras Cántabras: Legio V Alaudae y Legio X Gemina. Estas legiones se ubicaron en el poblado ya existente a cambio de darles la categoría de ciudadanos romanos a los antiguos pobladores. La ciudad fue la capital de la provincia romana de Lusitania. El término emeritus significaba en latín “retirado” y se refería a los soldados jubilados con honor. Sus ciudadanos fueron adscritos a la tribu Papiria.

Se inicia así un periodo de gran esplendor del que dan testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos.

Durante siglos y hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más florecientes en época romana, que Ausonio catalogó el noveno lugar entre las más destacadas del Imperio, incluso por delante de Atenas.

En épocas posteriores Mérida sufrió incursiones de los pueblos bárbaros hasta el asentamiento de los visigodos, que la hicieron capital de su reino y por lo tanto de Hispania, durante los siglos V y VI.

En el siglo VI sobresale la figura del Obispo Mausona y el cristianismo se arraiga con fuerza. De esta fe popular da muestra la figura de la Mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad. En el año 713 el caudillo árabe Muza conquistó la ciudad y sus tropas la arrasaron.

Mérida será sede Metropolitana hasta 1119 en que se trasladará a Santiago de Compostela.

A principio del siglo XIII , en 1230, las tropas cristianas del rey Alfonso IX de León, conquistarán Mérida y la convertirán en sede del Priorato de San Marcos de León de la Orden de Santiago.

Será en época de los Reyes Católicos cuando la ciudad inicie una recuperación política gracias al apoyo del Maestre de Santiago, Don Alonso de Cárdenas, defensor de la causa de Isabel la Católica.

Su contribución a la Conquista y colonización americana, será numerosa y significativa. Según Navarro del Castillo salieron para Indias unas 210 personas, entre las que destacan dos capitanes de renombre en la conquista de Venezuela Juan Rodríguez Suárez y Garci González de Silva.

La invasión francesa supondrá para Mérida, igual que para el resto de Extremadura, una lamentable pérdida de parte de su patrimonio histórico artístico, pero con el tiempo se recuperará de estas adversidades, y como cuenta con población abnegada, sabrá motorizar su futuro y poner velas de progreso a su desarrollo.

Posteriormente, cambia la situación, ya que como nudo ferroviario de Mérida han convertido a la ciudad en un núcleo industrial y de servicios en alza. Un desarrollo que se vio definitivamente respaldado con la designación de Mérida, en 1983, como Capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Junto a esta preponderancia política e industrial, la ciudad ha despertado, y sigue despertando, un gran interés por parte de arqueólogos e instituciones nacionales, regionales y locales que se afanan en sacar a la luz la inmensa riqueza arqueológica que se continua descubriendo.

Estas circunstancias motivaron que el Conjunto Arqueológico Emeritense fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1993. Anteriormente, la ciudad contaba con veinte monumentos nacionales y algunos en espera de obtenerla; y por Decreto de 8 de febrero de 1973, en vísperas de conmemorarse su Bimilenario, Mérida fue declarada “Conjunto Histórico-Arqueológico”, única que ostenta esa denominación en España.

De este modo cada periodo histórico ha dejado impresa su huella en edificios y monumentos que hoy en día suponen su gran riqueza arqueológica para disfrute de las actuales y venideras generaciones que la visiten.